[Resumen de la página 186 del libro]
Por desgracia, esta es una de las pocas situaciones en donde el uso del collar eléctrico puede estar justificado.
En efecto, un único “shock” pero en condiciones, como si se le viniera el cielo encima, puede corregir de inmediato este defecto.
Hay que saber anticiparse a la pelea y hacerlo al primer gruñido.
La aplicación de este método expeditivo, una o dos veces, es sin ninguna duda preferible a estar dando gritos sin cesar, que lo que consigue es excitar más aun a los perros.
¡No obstante, cuidado! Utilizar el collar eléctrico durante la pelea puede crear el efecto contrario. El que recibe el shock puede pensar, que es su adversario quien le ha provocado ese dolor, y entonces arremeter con más violencia.