[Resumen de la página 103 del libro]
El mejor consejo que puedo darle a los propietarios de perros jóvenes y tímidos, es que se pongan un esparadrapo en la boca.
La mayoría de las veces, no paran de dar gritos, cuando no chillan, no paran de llamarlo, y todo se encuentra en la palabra.
¡Sin embargo, la palabra no es nada y la entonación es todo !
Hay que ayudarle a que despierte su pasión, que terminará por fortalecer su espíritu, que hará que olvide su temor.