[Resumen de la página 188 del libro]
Por desgracia, si el perro no reacciona cuando tiene a la vista alguna pieza en movimiento, la esperanza de solucionarlo es bastante escasa.
Por lo tanto tendremos que reiniciar su vocación como perro de caza, hacer que resurjan sus genes, hacer que no preste atención a nada de lo que sucede a su alrededor, y por consiguiente a que ignore el disparo.
La pasión sobrepasará a la razón. Además de esto, todas las tardes, haremos ruidos tocándole las palmas cuando le demos de comer, luego iremos aumentado el efecto sonoro: golpear con una cacerola, luego más fuerte hasta usar una detonadora, y al final, un disparo.
Debemos intentar no forzar las etapas.